Noches de sangre (3 parte)

CAPITULO 3. Muerte para el desayuno

El resto de la noche la pase en vela, no pude dormir y no apague la luz en ningún momento, me senté en la cama envuelto en las sabanas, esperando a que no ocurriera nada. Y así fue.

La mañana llego después de lo que pareció una eternidad, yo estaba temblando, en parte por el frio y en parte por el susto. Más por eso ultimo.

Escuche pasos en la planta de abajo y deduje que mama había bajado a preparar el desayuno, me levante de la cama de un salto y salí corriendo de la habitación, baje lo más rápido que pude y fui hasta la cocina. Ahí estaba mama. Una alivio me recorrió todo el cuerpo, entre en la cocina y me senté en la mesa.

-vaya, alguien madrugo hoy- dijo con una sonrisa

Yo solo sonreí, estaba muy asustado todavía como para hablar. Ayude a mama con el desayuno y prepare la mesa. Después de una hora papa bajo y se sentó a desayunar.

-será mejor que vayas por tus hermanos antes de que me termine el tocino- dijo él con una sonrisa

Asentí y salí de la cocina, subí las escaleras lo mas sigilosamente posible, afortunadamente las habitaciones de mis hermanos estaban al lado contrario de la mía. Un alivio. Toque a la puerta de Michael un millón de veces pero no obtuve respuesta, después me gire e intente con Gerard, pero obtuve el mismo resultado. Finalmente la voz me regreso y grite a mis hermanos, pero no respondieron.

Como último acto de hermandad, porque no quería que se quedaran sin desayunar, forcé la cerradura de la habitación de Michael, lo cual no fue muy difícil, entre en ella. Y se me helo la sangre. Michael estaba recostado en su cama, tapado con sus sabanas como siempre, la única diferencia era que su sabana estaba totalmente cubierta de sangre, su piel estaba pálida y sus ojos bien abiertos, mirando a la nada. Estaba muerto. Salí de la habitación lentamente y me recargue en la puerta de Gerard, en dos segundos esta se abrió y caí dentro de la habitación de mi otro hermano, donde la misma escena se repetía. La cama, la sangre. La muerte.

No lo resistí más y un grito de terror salió de mi garganta, después de eso todo se volvió oscuro y me desmaye.