*u* estaba inspirada! En lo personal me gusto como quedo, creo que entra en la categoria de Song-fic por que me base en una cancion y en el video de la misma :3 las imagenes tambien las saque de ahi xD
En fin! espero que les guste y que comenten que les parecio
Pueden escuchar la cancion en la que me base mientras leen si quieren
Shatter me.
Miro hacia la alta ventana de la habitación, el cielo comienza a clarear, ya no se distinguen las estrellas del cielo, en poco tiempo los rayos del sol entraran en el lugar.
Es tiempo de desaparecer.
Guardo el resto de mis herramientas en el cinturón después de ajustar la ultima tuerca, cierro el reloj cucu y me apresuro para colgarlo en su lugar de nuevo. Veo con satisfacción que este vuelve a trabajar con normalidad. Mi trabajo esta hecho.
Bajo rápidamente de la repisa, me balanceo por el librero hasta llegar al suelo, doy una ultima mirada a mi alrededor antes de desaparecer en mi pequeño escondite, solo para asegurarme de que todo esta en orden, todo funciona, todo es como debe ser.
Entro en mi pequeño escondite, justo en uno de los cajones del gran tocador, me estiro un poco, siento como el cansancio esta por apoderarse completamente de mi, pero aun no puedo cerrar los ojos.
Aun falta algo.
Me acerco al centro del cajón donde una maquinaria, mas compleja aun que la de un reloj, me cautiva como cada dia. Ese embrollo de tuercas, resortes y engranes es mi mayor orgullo, es lo mejor que e creado en mi corta existencia. Doy un par de vueltas a la pequeña palanca principal y pronto todo el mecanismo se activa.
Miro hacia arriba, al techo tan cercano a mi cabeza, no puedo ver lo que el mecanismo activa desde aquí pero siento el leve vibrar sobre mi cabeza y se que funciona, pronto la dulce melodía de un violin invade mis oídos y entonces, finalmente, puedo dormir.
Ahí estaba de nuevo, ese leve temblor que me recorria la espalda, que me hacia abrir los ojos lentamente hacia un nuevo dia.
La luz del sol entraba en pequeños rayos por la ventana, esos rayos nunca me tocaban, anhelaba sentir la luz, el calor sobre mi rostro, pero estaba lejos de la ventana, eso nunca ocurriría.
Pies en punta, piernas rectas, el cuerpo en equilibrio, lentamente la plataforma donde me encontraba comenzó a girar mientras llevaba mi violin hasta mi hombro, casi mecánicamente movi el arco sobre las cuerdas, tocando aquella melodía que conocía desde la primera vez que había abierto los ojos. Suave y dulce las notas bailaban a mi alrededor, envolviéndome, haciéndome sentir viva y triste a la vez.
La plataforma sigue girando, ahí están de nuevo los rayos del sol, sobre la pared los cuadros de bellos paisaje que sueño con conocer, aquel alajero lleno de bellas y brillantes joyas y luego mi reflejo. Delgada, inmóvil, casi estatica, como una pequeña muñequita dentro de un bola de cristal.
Eso es lo que soy.
La canción se termina, debo comenzar a tocarla de nuevo, una y otra vez hasta que mis ojos se cierren por la noche, al siguiente dia todo comienza de nuevo. Detengo el arco antes de que este comienza de nuevo con las notas, lo bajo lentamente al igual que mi violin, dejo de estar en puntas y, con un rápido salto, bajo de la plataforma.
Cierro los ojos fuertemente. Nunca antes había bajado de la plataforma.
Mi pequeña bola de cristal luce mas pequeña que antes, la nieve blanca en el suelo no se siente fría, al fin puedo tener entre mis manos a la pequeña muñeca de trapo que reposa en el banquillo del tocador. Mi mundo se hizo mas pequeño y tan distinto. Sonrio, es como si estuviera mas cerca de los rayos del sol.
¿deberia tentar a mi suerte?
Me acerco a la barrera invisible, esa que ha sido mi hogar y mi prisión desde que tengo memoria, se siente fría, deslizo mi mano por ella un momento. Mi palma se dobla sobre si misma hasta formar un puño, primero doy leves golpezitos al cristal y luego, con toda mi fuerza, lo golpeo.
Nada sucede.
Doy un par de pasos atrás, no estoy tan lejos de la orilla, respiro profundo y me lanzo contra la pared de nuevo. Se inclina un poco al frente antes de volver a su lugar. Sonrio, finalmente podría salir de aquí. Esta vez retrocedo un poco mas, hasta chocar con la plataforma, y me lanzo de nuevo con toda mi fuerza. La bola de cristal casi se vuelca. Llena de adrenalina subo a la plataforma, dejo que siga girando y cuando vuelve a la posición que quiero salto contra el vidrio.
Se agrieta.
Todo a mi alrededor gira de pronto, mi violin me golpea en alguna parte, la muñeca cae en mi cara, me estrello contra el helado cristal una y otra vez, la nieve se revuelve a mi alrededor. Siento como mi mundo se desmorona a mi alrededor. Fugazmente alcanzo a ver el borde del tocador, si caigo seguramente morire.
Abrazo mis rodillas como puedo y cierro los ojos.
-Por favor, alguien sálveme-
El sonido inconfundible de un cristal rompiéndose me saco de mi ensoñación, tarde un par de segundos en despabilarme al ver que el mecanismo que se encontraba a mitad de mi pequeño cajón se había detenido. Algo no andaba bien.
Tome mi cinturón de herramientas y salí dando un salto fuera de aquel lugar, primero mire alrededor de la habitación, el cielo comenzaba a oscurecer ya, todo lucia en su lugar. El corazón me dio un vuelco pues si todo lo demás estaba en su sitio solo podía significar una cosa.
Gire lentamente, aun desde lo bajo del banquillo donde me encontraba podía ver pequeñas motas blancas volando por ahí, cerca del borde de tocador. Subi lo mas rápido que pude y contuve un grito al ver aquella escena.
La bola de nieve estaba fuera del soporte, toda agrietada, a punto de romperse, en su interior la nieve aun formaba una pequeña tormenta.
-¿Qué es lo que has hecho?-
Pero no recibi respuesta alguna.
Con el mayor cuidado y dedicación que no había puesto en ninguna otra cosas mas que el mecanismo que hacia girar la base de aquel artefacto recogi la esfera y la puse en su sitio. Pase el resto de la noche como de costumbre, arreglando aquello que estaba roto, fue difícil reparar el cristal, acomodar todo lo que se encontraba en su interior.
La pequeña bailarina, aquella violinista que me arrullaba cada mañana con su dulce melodía, aun se encontraba recostada en el suelo, había nieve sobre ella, en su rostro aun había una expresión de miedo, pánico y desconcierto. La tome entre mis brazos, limpie la nieve que tenia, acomode su peinado y su vestido y volvi a colocarla en su base.
Tome su rostro entre mis manos para que lo levantara en mi dirección, sus ojos aun estaban cerrados ¿algun dia tendría la dicha de mirarla a los ojos?
-sea lo que sea que hayas hecho, no vuelvas a hacerlo- le pedi con voz dulce aun sabiendo que no podía escucharme –no lo hagas, es por tu bien-
Una vez que estuve satisfecha con todo, que comprobé que la esfera de nieve estaba de vuelta a su estado natural salte de la base y coloque el domo reparado, ya no había grietas ni cortes pero ahora era mas frágil, aun asi, volvia a ser tan bella como antes.
Antes de que los primeros rayos de sol asomaran por la ventana yo ya estaba de vuelta en mi cajón, frente al monton de engranajes del que estaba tan orgullosa y por primera vez en mucho tiempo, al activar el mecanismo, me pregunte si estaría haciendo lo correcto.
Ahí estaba ese leve temblor de nuevo haciendo que mis ojos se abrieran lentamente. Pies en punta, piernas rectas, el cuerpo en equilibrio, la plataforma comenzó a girar lentamente, lleve mi violin a mi hombro y levante el arco sobre las cuerdas.
Las imágenes del dia anterior asaltaron mi mente, tan rápido y tan fuerte que sentí como me quedaba sin aire. Deje caer el instrumento al tiempo que saltaba de la plataforma y miraba a mi alrededor. Todo estaba en su sitio, nada había cambiado.
¿habra sido un sueño?
Me acerque lentamente a la barrera, invisible y solida, aun se sentía fría, aun me mantenía prisionera en este lugar.
Tome a la muñeca entre mis brazos, tenia unas cuantas motas de nieve que quite una por una sentada en el suelo de mi prisión personal, mientras repasaba en mi mente los anhelos que llenaban mi corazón.
-no estas tocando- una voz, alguien que me hablaba.
Me levante inmediatamente y mire hacia afuera. Alguien me observaba, lucia palida, delgada, sus ropas estaban sucias y rotas, había una expresión en su rostro que me hacia querer abrazarla y decirle que todo estaba bien, pero no podía hacerlo.
-¿Por qué no estas tocando?- pregunto melancolica
Gire la cabeza para ver el violin en el suelo, el arco se encontraba un poco mas alla, volvi la vista a la chica fuera del domo ¿ella habría sentido ya los rayos del sol? Como si leyera mi mente miro en dirección a la ventana, una palida luz atravesaba aquel cristal lanzando pequeños destellos brillantes en todas direcciones.
-estas mejor en ese lugar- dijo mientras me miraba de nuevo –no vuelvas a hacerlo, no te arriesgues de ese modo- suspiro y retorcio sus manos –solo olvídalo, vuelve a hacer lo que hacias antes, vuelve a tocar el violin… vuelve…- y se detuvo, parecía estar al borde de las lagrimas
Me aleje del cristal, tome el violin y el arco, me puse de pie sobre la plataforma que aun giraba. Pies en punta, piernas rectas, el cuerpo en equilibrio; el violin sobre mi hombro, el arco sobre las cuerdas y aquella dulce melodía que conocía tan bien volvió a inundar aquel pequeño lugar. Cerre los ojos y deje que una lagrima rodara por mi rostro.
Cuando volvi a abrirlos aquella chica ya no estaba, se había ido.
Volvia a estar sola de nuevo.
Toque y toque. Deje que las lagrimas rodaran sin freno. Sentí como me derrumbaba por dentro y entonces… me equivoque en una nota. El ruido discordante resonó en el cristal, haciéndolo vibrar y creando un grieta.
Una grieta.
Justo a un lado del tocador, por un momento pensé que era la luz pero al bajar de la plataforma y comprobarlo sentí como la esperanza renacia. Una nota errada, una grieta.
Tenia una forma de salir.
Subi de nuevo a la plataforma, el violin sobre mi hombro, el arco sobre las cuerdas, esta vez no tocaria la misma canción de siempre, esta vez mi corazón tocaria por mi.
Aquella dulce melodía volvia inundar mi pequeño cajón, el sonido me relajaba, generalmente gracias a el podía conciliar el sueño, pero no esta vez.
Estaba tirada frente al mecanismo que hacia girar la plataforma de la esfera de nieve. Siempre me había sentido orgullosa de el, de su perfeccion, de lo que había logrado con eso. Siempre me había sentido orgullosa…
Ahora me sentía culpable, decepcionada de mi misma, por haberle hecho a alguien lo que me habían hecho a mi mucho tiempo atrás.
Cada noche lo recordaba, no como una pesadilla, era mas como un fantasma de mi pasado, cuando yo era la que se encontraba en el interior de una esfera, lejos de todo y de todos, aislada, atrapada, sin salida. Aun recordaba el dolor, cuando mi esfera había caído hacia el vacio, la alegría cuando finalmente había podido dar un paso fuera de aquella prisión, recordaba el miedo a todo lo desconocido que me rodeaba, el haberme arrepentido por haber roto mi único hogar.
Yo solo quería protegerla a ella, de los horrores desconocidos de aquel mundo inmenso, del dolor la tristeza y el arrepentimiento. Yo solo quería mantenerla a salvo.
¿estaba haciendo lo correcto?
La melodía se interrumpio de pronto, me quede inmóvil esperando con todo mi corazón que pronto volviera a tocar, que desistiera de la tonta idea de salir de la esfera. No escuchaba nada. Pronto una nueva melodía llego a mis oídos, sonidos mas fuerte, mas altos, mas vibrantes. El nuevo domo era mas frágil, si seguia tocando de esa manera seguramente lo agrietaría, lo rompería… seria libre al fin.
Me puse de pie y mire el techo cercano a mi cabeza, incluso ahí se podían sentir las vibraciones de aquella nueva melodía, llena de tristeza y esperanza, podía sentirlo en mi corazón, el anhelo de la libertad en cada nota.
¿estaba haciendo lo correcto?
Tome la primera herramienta que encontré y la coloque entre los engranajes principales, pronto todo el sistema temblo, impedidos para poder continuar con su tarea. Eso detendría la base giratoria, haría temblar toda la base principal de la esfera, eso la agrietaría desde abajo.
Eso le daría lo que tanto quería.
Una sacudida, luego una mas violenta, aquella barrera invisible se convirtio en nieve brillante, una suave brisa toco mi rostro.
Mi corazón, al fin, era libre.
Era libre.
En fin! espero que les guste y que comenten que les parecio
Pueden escuchar la cancion en la que me base mientras leen si quieren
Shatter me.
veo las estrellas atravez de mi,
un corazón mecanico cansado,
late hasta que la canción desaparece”
Miro hacia la alta ventana de la habitación, el cielo comienza a clarear, ya no se distinguen las estrellas del cielo, en poco tiempo los rayos del sol entraran en el lugar.
Es tiempo de desaparecer.
Guardo el resto de mis herramientas en el cinturón después de ajustar la ultima tuerca, cierro el reloj cucu y me apresuro para colgarlo en su lugar de nuevo. Veo con satisfacción que este vuelve a trabajar con normalidad. Mi trabajo esta hecho.
Bajo rápidamente de la repisa, me balanceo por el librero hasta llegar al suelo, doy una ultima mirada a mi alrededor antes de desaparecer en mi pequeño escondite, solo para asegurarme de que todo esta en orden, todo funciona, todo es como debe ser.
Entro en mi pequeño escondite, justo en uno de los cajones del gran tocador, me estiro un poco, siento como el cansancio esta por apoderarse completamente de mi, pero aun no puedo cerrar los ojos.
Aun falta algo.
Me acerco al centro del cajón donde una maquinaria, mas compleja aun que la de un reloj, me cautiva como cada dia. Ese embrollo de tuercas, resortes y engranes es mi mayor orgullo, es lo mejor que e creado en mi corta existencia. Doy un par de vueltas a la pequeña palanca principal y pronto todo el mecanismo se activa.
Miro hacia arriba, al techo tan cercano a mi cabeza, no puedo ver lo que el mecanismo activa desde aquí pero siento el leve vibrar sobre mi cabeza y se que funciona, pronto la dulce melodía de un violin invade mis oídos y entonces, finalmente, puedo dormir.
“Alguien hace brillar una luz,
estoy congelada por el miedo en mi,
alguien me hace sentir vivo
y me destruye.
Asi que déjame libre,
mareada, girando sin parar,
alguien me hace sentir vivo
y me destruye”
Ahí estaba de nuevo, ese leve temblor que me recorria la espalda, que me hacia abrir los ojos lentamente hacia un nuevo dia.
La luz del sol entraba en pequeños rayos por la ventana, esos rayos nunca me tocaban, anhelaba sentir la luz, el calor sobre mi rostro, pero estaba lejos de la ventana, eso nunca ocurriría.
Pies en punta, piernas rectas, el cuerpo en equilibrio, lentamente la plataforma donde me encontraba comenzó a girar mientras llevaba mi violin hasta mi hombro, casi mecánicamente movi el arco sobre las cuerdas, tocando aquella melodía que conocía desde la primera vez que había abierto los ojos. Suave y dulce las notas bailaban a mi alrededor, envolviéndome, haciéndome sentir viva y triste a la vez.
La plataforma sigue girando, ahí están de nuevo los rayos del sol, sobre la pared los cuadros de bellos paisaje que sueño con conocer, aquel alajero lleno de bellas y brillantes joyas y luego mi reflejo. Delgada, inmóvil, casi estatica, como una pequeña muñequita dentro de un bola de cristal.
Eso es lo que soy.
La canción se termina, debo comenzar a tocarla de nuevo, una y otra vez hasta que mis ojos se cierren por la noche, al siguiente dia todo comienza de nuevo. Detengo el arco antes de que este comienza de nuevo con las notas, lo bajo lentamente al igual que mi violin, dejo de estar en puntas y, con un rápido salto, bajo de la plataforma.
Cierro los ojos fuertemente. Nunca antes había bajado de la plataforma.
Mi pequeña bola de cristal luce mas pequeña que antes, la nieve blanca en el suelo no se siente fría, al fin puedo tener entre mis manos a la pequeña muñeca de trapo que reposa en el banquillo del tocador. Mi mundo se hizo mas pequeño y tan distinto. Sonrio, es como si estuviera mas cerca de los rayos del sol.
¿deberia tentar a mi suerte?
Me acerco a la barrera invisible, esa que ha sido mi hogar y mi prisión desde que tengo memoria, se siente fría, deslizo mi mano por ella un momento. Mi palma se dobla sobre si misma hasta formar un puño, primero doy leves golpezitos al cristal y luego, con toda mi fuerza, lo golpeo.
Nada sucede.
Doy un par de pasos atrás, no estoy tan lejos de la orilla, respiro profundo y me lanzo contra la pared de nuevo. Se inclina un poco al frente antes de volver a su lugar. Sonrio, finalmente podría salir de aquí. Esta vez retrocedo un poco mas, hasta chocar con la plataforma, y me lanzo de nuevo con toda mi fuerza. La bola de cristal casi se vuelca. Llena de adrenalina subo a la plataforma, dejo que siga girando y cuando vuelve a la posición que quiero salto contra el vidrio.
Se agrieta.
Todo a mi alrededor gira de pronto, mi violin me golpea en alguna parte, la muñeca cae en mi cara, me estrello contra el helado cristal una y otra vez, la nieve se revuelve a mi alrededor. Siento como mi mundo se desmorona a mi alrededor. Fugazmente alcanzo a ver el borde del tocador, si caigo seguramente morire.
Abrazo mis rodillas como puedo y cierro los ojos.
-Por favor, alguien sálveme-
“Si tan solo los mecanismos pudieran hablar,
yo no estaría tan sola,
quememos cada iman y resorte,
y vamos en espiral hacia lo desconocido”
El sonido inconfundible de un cristal rompiéndose me saco de mi ensoñación, tarde un par de segundos en despabilarme al ver que el mecanismo que se encontraba a mitad de mi pequeño cajón se había detenido. Algo no andaba bien.
Tome mi cinturón de herramientas y salí dando un salto fuera de aquel lugar, primero mire alrededor de la habitación, el cielo comenzaba a oscurecer ya, todo lucia en su lugar. El corazón me dio un vuelco pues si todo lo demás estaba en su sitio solo podía significar una cosa.
Gire lentamente, aun desde lo bajo del banquillo donde me encontraba podía ver pequeñas motas blancas volando por ahí, cerca del borde de tocador. Subi lo mas rápido que pude y contuve un grito al ver aquella escena.
La bola de nieve estaba fuera del soporte, toda agrietada, a punto de romperse, en su interior la nieve aun formaba una pequeña tormenta.
-¿Qué es lo que has hecho?-
Pero no recibi respuesta alguna.
Con el mayor cuidado y dedicación que no había puesto en ninguna otra cosas mas que el mecanismo que hacia girar la base de aquel artefacto recogi la esfera y la puse en su sitio. Pase el resto de la noche como de costumbre, arreglando aquello que estaba roto, fue difícil reparar el cristal, acomodar todo lo que se encontraba en su interior.
La pequeña bailarina, aquella violinista que me arrullaba cada mañana con su dulce melodía, aun se encontraba recostada en el suelo, había nieve sobre ella, en su rostro aun había una expresión de miedo, pánico y desconcierto. La tome entre mis brazos, limpie la nieve que tenia, acomode su peinado y su vestido y volvi a colocarla en su base.
Tome su rostro entre mis manos para que lo levantara en mi dirección, sus ojos aun estaban cerrados ¿algun dia tendría la dicha de mirarla a los ojos?
-sea lo que sea que hayas hecho, no vuelvas a hacerlo- le pedi con voz dulce aun sabiendo que no podía escucharme –no lo hagas, es por tu bien-
Una vez que estuve satisfecha con todo, que comprobé que la esfera de nieve estaba de vuelta a su estado natural salte de la base y coloque el domo reparado, ya no había grietas ni cortes pero ahora era mas frágil, aun asi, volvia a ser tan bella como antes.
Antes de que los primeros rayos de sol asomaran por la ventana yo ya estaba de vuelta en mi cajón, frente al monton de engranajes del que estaba tan orgullosa y por primera vez en mucho tiempo, al activar el mecanismo, me pregunte si estaría haciendo lo correcto.
“Si rompo el cristal, entonces tendre que volar,
no hay nadie para atraparme si yo caigo,
tengo miedo de cambiar y los días siguen igual,
el mundo esta girando pero solo en la lluvia”
Ahí estaba ese leve temblor de nuevo haciendo que mis ojos se abrieran lentamente. Pies en punta, piernas rectas, el cuerpo en equilibrio, la plataforma comenzó a girar lentamente, lleve mi violin a mi hombro y levante el arco sobre las cuerdas.
Las imágenes del dia anterior asaltaron mi mente, tan rápido y tan fuerte que sentí como me quedaba sin aire. Deje caer el instrumento al tiempo que saltaba de la plataforma y miraba a mi alrededor. Todo estaba en su sitio, nada había cambiado.
¿habra sido un sueño?
Me acerque lentamente a la barrera, invisible y solida, aun se sentía fría, aun me mantenía prisionera en este lugar.
Tome a la muñeca entre mis brazos, tenia unas cuantas motas de nieve que quite una por una sentada en el suelo de mi prisión personal, mientras repasaba en mi mente los anhelos que llenaban mi corazón.
-no estas tocando- una voz, alguien que me hablaba.
Me levante inmediatamente y mire hacia afuera. Alguien me observaba, lucia palida, delgada, sus ropas estaban sucias y rotas, había una expresión en su rostro que me hacia querer abrazarla y decirle que todo estaba bien, pero no podía hacerlo.
-¿Por qué no estas tocando?- pregunto melancolica
Gire la cabeza para ver el violin en el suelo, el arco se encontraba un poco mas alla, volvi la vista a la chica fuera del domo ¿ella habría sentido ya los rayos del sol? Como si leyera mi mente miro en dirección a la ventana, una palida luz atravesaba aquel cristal lanzando pequeños destellos brillantes en todas direcciones.
-estas mejor en ese lugar- dijo mientras me miraba de nuevo –no vuelvas a hacerlo, no te arriesgues de ese modo- suspiro y retorcio sus manos –solo olvídalo, vuelve a hacer lo que hacias antes, vuelve a tocar el violin… vuelve…- y se detuvo, parecía estar al borde de las lagrimas
Me aleje del cristal, tome el violin y el arco, me puse de pie sobre la plataforma que aun giraba. Pies en punta, piernas rectas, el cuerpo en equilibrio; el violin sobre mi hombro, el arco sobre las cuerdas y aquella dulce melodía que conocía tan bien volvió a inundar aquel pequeño lugar. Cerre los ojos y deje que una lagrima rodara por mi rostro.
Cuando volvi a abrirlos aquella chica ya no estaba, se había ido.
Volvia a estar sola de nuevo.
Toque y toque. Deje que las lagrimas rodaran sin freno. Sentí como me derrumbaba por dentro y entonces… me equivoque en una nota. El ruido discordante resonó en el cristal, haciéndolo vibrar y creando un grieta.
Una grieta.
Justo a un lado del tocador, por un momento pensé que era la luz pero al bajar de la plataforma y comprobarlo sentí como la esperanza renacia. Una nota errada, una grieta.
Tenia una forma de salir.
Subi de nuevo a la plataforma, el violin sobre mi hombro, el arco sobre las cuerdas, esta vez no tocaria la misma canción de siempre, esta vez mi corazón tocaria por mi.
“Alguien hace brillar una luz,
estoy congelada por el miedo en mi,
alguien me hace sentir vivo
y me destroza”
Aquella dulce melodía volvia inundar mi pequeño cajón, el sonido me relajaba, generalmente gracias a el podía conciliar el sueño, pero no esta vez.
Estaba tirada frente al mecanismo que hacia girar la plataforma de la esfera de nieve. Siempre me había sentido orgullosa de el, de su perfeccion, de lo que había logrado con eso. Siempre me había sentido orgullosa…
Ahora me sentía culpable, decepcionada de mi misma, por haberle hecho a alguien lo que me habían hecho a mi mucho tiempo atrás.
Cada noche lo recordaba, no como una pesadilla, era mas como un fantasma de mi pasado, cuando yo era la que se encontraba en el interior de una esfera, lejos de todo y de todos, aislada, atrapada, sin salida. Aun recordaba el dolor, cuando mi esfera había caído hacia el vacio, la alegría cuando finalmente había podido dar un paso fuera de aquella prisión, recordaba el miedo a todo lo desconocido que me rodeaba, el haberme arrepentido por haber roto mi único hogar.
Yo solo quería protegerla a ella, de los horrores desconocidos de aquel mundo inmenso, del dolor la tristeza y el arrepentimiento. Yo solo quería mantenerla a salvo.
¿estaba haciendo lo correcto?
La melodía se interrumpio de pronto, me quede inmóvil esperando con todo mi corazón que pronto volviera a tocar, que desistiera de la tonta idea de salir de la esfera. No escuchaba nada. Pronto una nueva melodía llego a mis oídos, sonidos mas fuerte, mas altos, mas vibrantes. El nuevo domo era mas frágil, si seguia tocando de esa manera seguramente lo agrietaría, lo rompería… seria libre al fin.
Me puse de pie y mire el techo cercano a mi cabeza, incluso ahí se podían sentir las vibraciones de aquella nueva melodía, llena de tristeza y esperanza, podía sentirlo en mi corazón, el anhelo de la libertad en cada nota.
¿estaba haciendo lo correcto?
Tome la primera herramienta que encontré y la coloque entre los engranajes principales, pronto todo el sistema temblo, impedidos para poder continuar con su tarea. Eso detendría la base giratoria, haría temblar toda la base principal de la esfera, eso la agrietaría desde abajo.
Eso le daría lo que tanto quería.
“Si rompo el cristal, entonces tendre que volar,
no hay nadie para atraparme si yo caigo…
sostenme…sostenme…
alguien me hace sentir vivo
y me destruye”
Una sacudida, luego una mas violenta, aquella barrera invisible se convirtio en nieve brillante, una suave brisa toco mi rostro.
Mi corazón, al fin, era libre.
Era libre.
Oooo Pero que hermoso quedo :') ¿Ya te dije que te admiro sensei? Amo como escribes :')
ResponderEliminarAdemás me gusto la canción xD jajaja esta buena
En verdad lo ame, además hiciste volar mi imaginación jajajaja
asdfg enserio?? gracias!!! jejeje creo que lo has mencionado xD *u* me halagas!!!!
EliminarLo se >u< a mi me encanto jejeje
Enserio :3 y mi sorpresa??? xD okya lo dejare