Saben? Me di cuenta de que soy bastante complaciente xD no solo con mi saltamontes (aunque es ella la que siempre me presiona mas) en fin, la cosa es que si ustedes quieren que escriba algo, lo que sea, diganme :3 que ando complaciendo a todos xD
Y ya que andamos en la hora de las complacencias xP los dejo con la siguiente (o anterior) parte de Train n.n comentenle y denle mucho amorsh!
Before Train
No solo sabía su nombre.
Conocía todo sobre él. Cuál era su suéter favorito, que colonia usaba, que música escuchaba, cuál era su dulce favorito, que color le agradaba más, cuáles eran sus calcetines preferidos.
Aun ahora, cuando parecía no conocerlo en absoluto…
Lo amaba.
Así que di un paso más para tomarlo de la manga, impidiendo que el siguiera avanzando, bajando la cabeza lo suficiente para ocultar mi rostro, tratando de contener las lágrimas, aferrándome con fuerza a la tela para mantenerlo conmigo, vivo.
-no me abandones, no sé qué haría sin ti-
-tarde o temprano, tienes que dejarme ir-
~Siete meses antes~
No podía evitar mirar a aquel chico. Igual que todos los que esperaban en frente del colegio.
A primera vista podía parecer un estudiante más. Uniforme perfecto, zapatos limpios, esa bufanda que lucía más como un accesorio que como una prenda para el frio, su mochila colgando de un hombro, su cabello que siempre lucia despeinado, solo llevaba un audífono puesto pero eso era suficiente para que él caminara al ritmo de la música, moviendo sus manos al compás, chasqueando los dedos de vez en cuando. Todo en él era perfección.
Incluido su rostro.
Esa sonrisa que siempre enmarcaba su rostro, tan blanca y resplandeciente, sus ojos centellantes de alegría, siempre me había parecido como una obra de arte, algo perfecto y hermoso.
Yo quería ser como él.
No podía dejar de mirarlo. Todos los días a todas horas. Era como un ángel, único, misterioso y bello, completamente fuera de lugar en este mundo terrenal.
Tal vez por eso todos lo miraban, era como un modelo profesional andando por la pasarela, llamando la atención de todos a su alrededor, la gente murmurando a su paso, mirándolo con anhelo, pero eso no parecía afectarle en lo más mínimo, el seguía su marcha.
Instintivamente sonreí, al igual que el resto de todos los alumnos mientras lo veían pasar, él siempre nos contagiaba con esa vibra de felicidad que despedía su ser.
La campana resonó en el lugar, todo mundo se apresuró a entrar a clases, yo espera hasta que él llego donde yo estaba, me sonrió, tomo mi bufanda y la cambio por la suya, acaricio mi cabello y me hizo una seña para entrar a clases, me acompaño hasta mi salón y luego se fue. Lo observe desde la ventana hasta que desapareció de mi vista. Mi sonría se amplió, cada día con él era como un regalo, él hacía que este lúgubre lugar resplandeciera como un sol.
~~~~~
Tarde o temprano…- repitió con voz suave
Sentí como su mano se posaba sobre la mía, aferre la tela con más fuerza, las lágrimas rodaban por mis mejillas.
-no puedes dejarme, no poder soportarlo solo-
Un nudo en mi garganta retenía las palabras, creciendo cada vez más. Mire a mi alrededor pero sabía que no vería a nadie, solo trataba de buscar una salida, algo que me ayudara a mantenerlo conmigo. Pero la azotea estaba vacía, como siempre, solo él y yo. Todo parecía una pesadilla. Una horrible pesadilla.
-yo…-
-déjame ir- su voz sonaba triste, nostálgica, podía notar ese leve temblor en sus dedos
-jamás-
~Cinco meses antes~
Hacía meses que ya no me costaba levantarme temprano, solo había restado quince minutos a mis horas de sueño, recordaba como eso me había costado horrores, pero lo valía. Completamente, lo valía. Salí para tomar el tren como cada mañana, a esa hora aún no había muchos estudiantes, solo yo que quería llegar al colegio antes que nadie, por él.
La música resonaba en mi cabeza, camine un tanto apresurado por el andén hasta la línea amarilla, dejando mis pies justo detrás de esta, ante todo la seguridad. Rebusque en mi chaqueta como cada martes, en busca de aquel par de dulces que solía llevar, uno para mí y otro para Suho, pero al remover mis dedos en la tela solo pude sentir un pequeño bulto, hice una mueca, me gustaban mucho aquellos dulces pero prefería guardar aquel caramelo para él, suspire.
Y luego una mano se extendió frente a mí, revelando un caramelo, justo como el que yo quería, mire a aquel chico con una sonrisa, conocía su rostro, parecía que lo veía todos los días en la estación, era una gran coincidencia, él me devolvió la sonrisa, tome el caramelo y lo metí en mi boca, disfrutando el sabor a mantequilla que tanto me agradaba.
Mi sonrisa se amplió, antes el universo me odiaba y ahora parecía querer compensar todos esos años oscuros. Y me encantaba.
~~~~~
-no puedes dejarme, no puedes hacerlo- sentía como la tela se desgarraba poco a poco entre mis dedos, no era suficiente, tenía que encontrar otro modo de impedir que se desvaneciera.
Su mano trato de zafar mi agarre, con calma coloco su mano sobre la mía y la acaricio, tan suavemente, como solía hacer antes, por entre mis dedos, tratando se hacer que soltara su manga, su voz se volvió aun más triste.
-suéltame, ya no me necesitas…-
-¿Qué? ¿Qué rayos significa eso? ¿Por qué quieres irte?-
-¿Por qué aun insistes en estar conmigo?... sabes que no tengo mucho tiempo- su respiración se agito, su voz sonaba entrecortada, aunque no veía su rostro sabía que el también lloraba.
Sujete su manga con ambas manos.
-si me dejas, yo tampoco lo tendré…-
~Tres meses antes~
-es un tanto extraño ¿sabes?- le dije a Suho mientras tomaba otro sorbo de café –es como si ya lo conociera-
-técnicamente así es- respondió con una sonrisa –lo vez todos los días desde hace un par de meses, eso cuenta como conocer a alguien-
Era la hora del almuerzo y nosotros, como siempre, estábamos en la azotea, solos, mirando todo desde las alturas. El viento revolvió nuestros cabellos, mire el perfil de Suho, lucia tan perfecto como siempre ¿algún día podría lucir como él? Sonreí.
-aun así no deja de ser extraño- su mirada cambio un poco, había un dejo de preocupación en ella –solo… ten cuidado ¿quieres?-
Asentí sonriente. Yo también había pensado que era bastante raro en un principio, había pasado de casualidad a extraña coincidencia, pero aquel chico no era malo, podía notarlo en su mirada, me sonreía, me saludaba, esta mañana incluso le había dado una pequeña lección de seguridad, podía no conocerlo pero me caía bien, Suho decía siempre que era demasiado confiado y entonces sentía como una sombra se posaba sobre mí.
Suho aún no me conocía del todo, aun no conocía esa parte oscura de mi pasado. Yo no era confiado, todo lo contrario, el pasado me impedía confiar en cualquier persona, me había enseñado a desarrollar ese sexto sentido con las personas, por eso confiaba en aquel chico que me encontraba todos los días en la estación, el no despertaba en mi esa alerta para salir corriendo lejos, al contrario. En cierto modo me recordaba a Suho, parecían ser los únicos en los que realmente podía confiar.
~~~~~
-tampoco tendré mucho tiempo-
Sentí como todo el temblaba, su mano dejo de moverse sobre la mía, sabía que había removido algo en su interior, un nervio clave que él no quería que tocara.
Él me había salvado del abismo y ahora me orillaba de nuevo a él.
-¿lo harías?- pregunto en un hilillo de voz
-lo hare…- dije con voz temblorosa, hacía mucho tiempo que no pensaba en aquella idea, hacía mucho que había dejado a un lado la tristeza, la oscuridad, el dolor, desde que lo había conocido había cambiado mi perspectiva de la vida. Ahora, al pensar de nuevo en aquella idea sentí como la oscuridad me invadía, como aquel viejo deseo de desaparecer afloraba de nuevo en mi mente.
Era mi única salida.
Y entonces me sentí horrible, ¿Cómo podía exigirle entonces que desistiera de esa idea cuando yo mismo la había experimentado? Cuándo sabía lo difícil que era ver la luz a orillas del abismo. Afloje mi agarre sobre su manga.
-Kyungsoo…-
-olvídalo- respondí
~Un mes antes~
Hacía días que estaba con él.
Simplemente no podía despegarme de su lado, cada que lo veía, tan apacible en la cama del hospital, cada que trataba de convencerme de que todo estaba bien me aferraba con más fuerza a su mano. No podía dejarlo, no hasta que abriera los ojos y me dijera que todo iba a estar bien.
Aun me preguntaba por qué no me había contado de su enfermedad, más aun, porque yo no me había dado cuenta antes. Ahora podía apreciar todas las señales, los ataques de tos repentinos, el cansancio inexplicable, las espasmódicas dificultades para respirar al subir las escaleras, esas pequeñas señales que no había podido notar.
Aquel día, muy a mi pesar, debía ir al colegio, debía separarme de él un par de horas. Presentar exámenes, dar un justificante mío y uno de él, explicar que le pasaba a Suho, dudaba poder hacerlo sin derramar una lágrima o dos. Me dolía en el alma, pero tenía que hacerlo.
No me tome la molestia de arreglarme, me puse el uniforme como pude, no anude mi corbata, me puse el suéter de camino a la estación, sabía que lucía desarreglado, mi aspecto debía ser pésimo, pero no me importaba. Ya nada me importaba.
Corrí lo más rápido que pude para alcanzar el tren que ya estaba en la estación, alguien detuvo la puerta del vagón y entre a toda velocidad, me recargue en la puerta cuando esta se cerró y me tome unos minutos para calmar mi respiración. Me sentía exhausto, no solo para el pequeño esfuerzo físico que acababa de realizar, todo aquel mes había sido como una tortura, no soportaba ver a Suho así, no soportaba pensar en el peor de los casos.
Así como había aspirado a ser igual a él un día, tan resplandeciente y perfecto, ahora también lo hacía, pues sin esa sonrisa que me llenaba de energía, me sentía incapaz de seguir adelante.
No sin él.
~~~~~
Lentamente solté su manga, deje que mis brazos colgaran sin vida, Suho no se movió, yo tampoco lo hice, sentía que con el menor movimiento él se iría de mi lado. Me quede mirando el suelo un largo rato hasta que una ráfaga de viento me golpeo el rostro sacándome de mi letargo.
-no me dejes, por favor- susurre al borde del llanto
Giro lentamente hasta quedar de frente a mí, con delicadeza levanto mi rostro con una mano hasta que pudiera mirarme a los ojos, y pude ver ese brillo de comprensión, él sabía cómo me sentía por que se había sentido igual, antes habíamos estado en esta misma situación, ahora solo habíamos invertido los papeles de la obra.
-Dodo…- dijo en un susurro, una triste sonrisa en sus labios –te amo-
Y su semblante cambio por completo, ya no había tristeza ni angustia en su rostro, de nuevo había felicidad, tan radiante como antes.
Se inclinó sobre mí y deposito un suave y cálido beso en mis labios. Cerré los ojos, dejando escapar más lágrimas que ya no podía contener, sabiendo que aquel era el fin.
Nuestro primer y único beso.
Sentí como se alejaba de mí, como sus labios ya no rozaban los míos, como piel se apartaba de la mía. Deje mis ojos cerrados, me rehusaba a ver lo que iba a suceder. Pude oír de nuevo aquel “te amo” como un susurro llevado por el viento, podía sentir como él ya no estaba conmigo.
Abrí los ojos para ver el horizonte que se mostraba frente a mí, las lágrimas distorsionaban aquella imagen de luces y sombras, algo dentro de mi pecho dio un vuelco, sentí como mi corazón era estrujado por una fuerza invisible, sentí como la oscuridad se cernía sobre mí.
Escuche un grito en la distancia, pero ya no me importaba, ya nada en este mundo tenía sentido, sin él ya no valía la pena vivir. Y entonces lo decidí, decidí cumplir mi promesa, esa que le había hecho como mi último recurso.
Tampoco tendré mucho tiempo.
Y ya que andamos en la hora de las complacencias xP los dejo con la siguiente (o anterior) parte de Train n.n comentenle y denle mucho amorsh!
Before Train
No solo sabía su nombre.
Conocía todo sobre él. Cuál era su suéter favorito, que colonia usaba, que música escuchaba, cuál era su dulce favorito, que color le agradaba más, cuáles eran sus calcetines preferidos.
Aun ahora, cuando parecía no conocerlo en absoluto…
Lo amaba.
Así que di un paso más para tomarlo de la manga, impidiendo que el siguiera avanzando, bajando la cabeza lo suficiente para ocultar mi rostro, tratando de contener las lágrimas, aferrándome con fuerza a la tela para mantenerlo conmigo, vivo.
-no me abandones, no sé qué haría sin ti-
-tarde o temprano, tienes que dejarme ir-
~Siete meses antes~
No podía evitar mirar a aquel chico. Igual que todos los que esperaban en frente del colegio.
A primera vista podía parecer un estudiante más. Uniforme perfecto, zapatos limpios, esa bufanda que lucía más como un accesorio que como una prenda para el frio, su mochila colgando de un hombro, su cabello que siempre lucia despeinado, solo llevaba un audífono puesto pero eso era suficiente para que él caminara al ritmo de la música, moviendo sus manos al compás, chasqueando los dedos de vez en cuando. Todo en él era perfección.
Incluido su rostro.
Esa sonrisa que siempre enmarcaba su rostro, tan blanca y resplandeciente, sus ojos centellantes de alegría, siempre me había parecido como una obra de arte, algo perfecto y hermoso.
Yo quería ser como él.
No podía dejar de mirarlo. Todos los días a todas horas. Era como un ángel, único, misterioso y bello, completamente fuera de lugar en este mundo terrenal.
Tal vez por eso todos lo miraban, era como un modelo profesional andando por la pasarela, llamando la atención de todos a su alrededor, la gente murmurando a su paso, mirándolo con anhelo, pero eso no parecía afectarle en lo más mínimo, el seguía su marcha.
Instintivamente sonreí, al igual que el resto de todos los alumnos mientras lo veían pasar, él siempre nos contagiaba con esa vibra de felicidad que despedía su ser.
La campana resonó en el lugar, todo mundo se apresuró a entrar a clases, yo espera hasta que él llego donde yo estaba, me sonrió, tomo mi bufanda y la cambio por la suya, acaricio mi cabello y me hizo una seña para entrar a clases, me acompaño hasta mi salón y luego se fue. Lo observe desde la ventana hasta que desapareció de mi vista. Mi sonría se amplió, cada día con él era como un regalo, él hacía que este lúgubre lugar resplandeciera como un sol.
~~~~~
Tarde o temprano…- repitió con voz suave
Sentí como su mano se posaba sobre la mía, aferre la tela con más fuerza, las lágrimas rodaban por mis mejillas.
-no puedes dejarme, no poder soportarlo solo-
Un nudo en mi garganta retenía las palabras, creciendo cada vez más. Mire a mi alrededor pero sabía que no vería a nadie, solo trataba de buscar una salida, algo que me ayudara a mantenerlo conmigo. Pero la azotea estaba vacía, como siempre, solo él y yo. Todo parecía una pesadilla. Una horrible pesadilla.
-yo…-
-déjame ir- su voz sonaba triste, nostálgica, podía notar ese leve temblor en sus dedos
-jamás-
~Cinco meses antes~
Hacía meses que ya no me costaba levantarme temprano, solo había restado quince minutos a mis horas de sueño, recordaba como eso me había costado horrores, pero lo valía. Completamente, lo valía. Salí para tomar el tren como cada mañana, a esa hora aún no había muchos estudiantes, solo yo que quería llegar al colegio antes que nadie, por él.
La música resonaba en mi cabeza, camine un tanto apresurado por el andén hasta la línea amarilla, dejando mis pies justo detrás de esta, ante todo la seguridad. Rebusque en mi chaqueta como cada martes, en busca de aquel par de dulces que solía llevar, uno para mí y otro para Suho, pero al remover mis dedos en la tela solo pude sentir un pequeño bulto, hice una mueca, me gustaban mucho aquellos dulces pero prefería guardar aquel caramelo para él, suspire.
Y luego una mano se extendió frente a mí, revelando un caramelo, justo como el que yo quería, mire a aquel chico con una sonrisa, conocía su rostro, parecía que lo veía todos los días en la estación, era una gran coincidencia, él me devolvió la sonrisa, tome el caramelo y lo metí en mi boca, disfrutando el sabor a mantequilla que tanto me agradaba.
Mi sonrisa se amplió, antes el universo me odiaba y ahora parecía querer compensar todos esos años oscuros. Y me encantaba.
~~~~~
-no puedes dejarme, no puedes hacerlo- sentía como la tela se desgarraba poco a poco entre mis dedos, no era suficiente, tenía que encontrar otro modo de impedir que se desvaneciera.
Su mano trato de zafar mi agarre, con calma coloco su mano sobre la mía y la acaricio, tan suavemente, como solía hacer antes, por entre mis dedos, tratando se hacer que soltara su manga, su voz se volvió aun más triste.
-suéltame, ya no me necesitas…-
-¿Qué? ¿Qué rayos significa eso? ¿Por qué quieres irte?-
-¿Por qué aun insistes en estar conmigo?... sabes que no tengo mucho tiempo- su respiración se agito, su voz sonaba entrecortada, aunque no veía su rostro sabía que el también lloraba.
Sujete su manga con ambas manos.
-si me dejas, yo tampoco lo tendré…-
~Tres meses antes~
-es un tanto extraño ¿sabes?- le dije a Suho mientras tomaba otro sorbo de café –es como si ya lo conociera-
-técnicamente así es- respondió con una sonrisa –lo vez todos los días desde hace un par de meses, eso cuenta como conocer a alguien-
Era la hora del almuerzo y nosotros, como siempre, estábamos en la azotea, solos, mirando todo desde las alturas. El viento revolvió nuestros cabellos, mire el perfil de Suho, lucia tan perfecto como siempre ¿algún día podría lucir como él? Sonreí.
-aun así no deja de ser extraño- su mirada cambio un poco, había un dejo de preocupación en ella –solo… ten cuidado ¿quieres?-
Asentí sonriente. Yo también había pensado que era bastante raro en un principio, había pasado de casualidad a extraña coincidencia, pero aquel chico no era malo, podía notarlo en su mirada, me sonreía, me saludaba, esta mañana incluso le había dado una pequeña lección de seguridad, podía no conocerlo pero me caía bien, Suho decía siempre que era demasiado confiado y entonces sentía como una sombra se posaba sobre mí.
Suho aún no me conocía del todo, aun no conocía esa parte oscura de mi pasado. Yo no era confiado, todo lo contrario, el pasado me impedía confiar en cualquier persona, me había enseñado a desarrollar ese sexto sentido con las personas, por eso confiaba en aquel chico que me encontraba todos los días en la estación, el no despertaba en mi esa alerta para salir corriendo lejos, al contrario. En cierto modo me recordaba a Suho, parecían ser los únicos en los que realmente podía confiar.
~~~~~
-tampoco tendré mucho tiempo-
Sentí como todo el temblaba, su mano dejo de moverse sobre la mía, sabía que había removido algo en su interior, un nervio clave que él no quería que tocara.
Él me había salvado del abismo y ahora me orillaba de nuevo a él.
-¿lo harías?- pregunto en un hilillo de voz
-lo hare…- dije con voz temblorosa, hacía mucho tiempo que no pensaba en aquella idea, hacía mucho que había dejado a un lado la tristeza, la oscuridad, el dolor, desde que lo había conocido había cambiado mi perspectiva de la vida. Ahora, al pensar de nuevo en aquella idea sentí como la oscuridad me invadía, como aquel viejo deseo de desaparecer afloraba de nuevo en mi mente.
Era mi única salida.
Y entonces me sentí horrible, ¿Cómo podía exigirle entonces que desistiera de esa idea cuando yo mismo la había experimentado? Cuándo sabía lo difícil que era ver la luz a orillas del abismo. Afloje mi agarre sobre su manga.
-Kyungsoo…-
-olvídalo- respondí
~Un mes antes~
Hacía días que estaba con él.
Simplemente no podía despegarme de su lado, cada que lo veía, tan apacible en la cama del hospital, cada que trataba de convencerme de que todo estaba bien me aferraba con más fuerza a su mano. No podía dejarlo, no hasta que abriera los ojos y me dijera que todo iba a estar bien.
Aun me preguntaba por qué no me había contado de su enfermedad, más aun, porque yo no me había dado cuenta antes. Ahora podía apreciar todas las señales, los ataques de tos repentinos, el cansancio inexplicable, las espasmódicas dificultades para respirar al subir las escaleras, esas pequeñas señales que no había podido notar.
Aquel día, muy a mi pesar, debía ir al colegio, debía separarme de él un par de horas. Presentar exámenes, dar un justificante mío y uno de él, explicar que le pasaba a Suho, dudaba poder hacerlo sin derramar una lágrima o dos. Me dolía en el alma, pero tenía que hacerlo.
No me tome la molestia de arreglarme, me puse el uniforme como pude, no anude mi corbata, me puse el suéter de camino a la estación, sabía que lucía desarreglado, mi aspecto debía ser pésimo, pero no me importaba. Ya nada me importaba.
Corrí lo más rápido que pude para alcanzar el tren que ya estaba en la estación, alguien detuvo la puerta del vagón y entre a toda velocidad, me recargue en la puerta cuando esta se cerró y me tome unos minutos para calmar mi respiración. Me sentía exhausto, no solo para el pequeño esfuerzo físico que acababa de realizar, todo aquel mes había sido como una tortura, no soportaba ver a Suho así, no soportaba pensar en el peor de los casos.
Así como había aspirado a ser igual a él un día, tan resplandeciente y perfecto, ahora también lo hacía, pues sin esa sonrisa que me llenaba de energía, me sentía incapaz de seguir adelante.
No sin él.
~~~~~
Lentamente solté su manga, deje que mis brazos colgaran sin vida, Suho no se movió, yo tampoco lo hice, sentía que con el menor movimiento él se iría de mi lado. Me quede mirando el suelo un largo rato hasta que una ráfaga de viento me golpeo el rostro sacándome de mi letargo.
-no me dejes, por favor- susurre al borde del llanto
Giro lentamente hasta quedar de frente a mí, con delicadeza levanto mi rostro con una mano hasta que pudiera mirarme a los ojos, y pude ver ese brillo de comprensión, él sabía cómo me sentía por que se había sentido igual, antes habíamos estado en esta misma situación, ahora solo habíamos invertido los papeles de la obra.
-Dodo…- dijo en un susurro, una triste sonrisa en sus labios –te amo-
Y su semblante cambio por completo, ya no había tristeza ni angustia en su rostro, de nuevo había felicidad, tan radiante como antes.
Se inclinó sobre mí y deposito un suave y cálido beso en mis labios. Cerré los ojos, dejando escapar más lágrimas que ya no podía contener, sabiendo que aquel era el fin.
Nuestro primer y único beso.
Sentí como se alejaba de mí, como sus labios ya no rozaban los míos, como piel se apartaba de la mía. Deje mis ojos cerrados, me rehusaba a ver lo que iba a suceder. Pude oír de nuevo aquel “te amo” como un susurro llevado por el viento, podía sentir como él ya no estaba conmigo.
Abrí los ojos para ver el horizonte que se mostraba frente a mí, las lágrimas distorsionaban aquella imagen de luces y sombras, algo dentro de mi pecho dio un vuelco, sentí como mi corazón era estrujado por una fuerza invisible, sentí como la oscuridad se cernía sobre mí.
Escuche un grito en la distancia, pero ya no me importaba, ya nada en este mundo tenía sentido, sin él ya no valía la pena vivir. Y entonces lo decidí, decidí cumplir mi promesa, esa que le había hecho como mi último recurso.
Tampoco tendré mucho tiempo.
ajksldjaksldjak ME ENAMOREEE <3 <3 Ame la segunda parte además explica el por que su decisión xD jajaja así que puedo leer mas a gusto(? ok no xD jaja <3 en serio lo ame *O*)/
ResponderEliminarP.D: Espero la otra parte del de Puff y Aaron <3
Jajajaja pues es lo que pediste xD querias un porque ahora ya lo tienes xD lel :3 asdfghjk que bueno por que era para ti XD
EliminarAlgun dia la tendras xD