viernes, 14 de noviembre de 2014

Light is gone

Debo decirles que el Shot esta un poco largo xD y pues solo espero que lo disfruten y me comenten que les parece :3 y ya sabes que esta dedicado a ti Jackie! Mi pequeña saltamontes!




Light is gone

Aaron no entendía porque su padre insistía tanto en que aprendiera a tocar el piano.

Ya tenía suficiente con las clases de aquel internado, de nuevo, cortesía de su padre. Además de los deportes que practicaba y el equipo de debate del que formaba parte. Hasta cierto punto entendía todo aquello, algún día heredaría la empresa de su padre, debía estar preparado. Pero las clases de piano seguían sin encajar en aquel futuro.

Esta vez Aaron había llegado temprano, aquella casa en los límites del internado era bastante bonita, grande y de estilo rustico, le gustaba admirar la estructura y el paisaje que rodeaba aquel lugar, aunque no le gustaba mucho estar ahí. Aquella era la casa del director del internado, el mismo que le daba clases de piano, no se llevaba muy bien con el director así que entre menos lo tratara mejor.

Miro su reloj, aún faltaban diez minutos para su clase, el director solía ser muy puntual con las cosas, Aaron recordaba el regaño que se había llevado la primera vez que llego temprano a la clase, solo había tocado la puerta dos minutos antes y eso le había valido un discurso de veinte minutos, no estaba dispuesto a soportar eso.

Se acercó a las escaleras de la entrada para sentarse hasta que un sonido discordante le molesto, como si alguien presionara teclas del piano al azar, luego sonó un golpe sordo, ese era el ruido del profesor al golpear el piano, Aaron los distinguía fácilmente después de escucharlo tantas veces. Se alejó de las escaleras hasta la ventana más cercana que daba a la sala de música, ahí estaba el profesor, parecía más molesto de lo usual, golpeo la tapa del piano una vez más, en el banquillo había una chica, no se movía, tenía la cabeza agachada, las manos apretadas sobre el regazo, el director seguía golpeando el piano.

Un par de minutos después el director salió de la sala, molesto y frustrado, la chica se quedó sola. Seguía inmóvil, Aaron se preguntó si estaría llorando, un par de segundos después la joven coloco sus manos sobre las teclas, movió sus dedos sobre ellas pero no presiono ninguna tecla, era como si tocara en silencio, toco un par de teclas, notas al azar inundaron la sala, ella levanto sus manos del piano y suspiro. Lentamente se levantó, dio un par de pasos antes de tropezar y caer, Aaron se quedó mirándola, pensando si debía reírse o no, la joven levanto la cabeza muy despacio… sus ojos se posaron sobre Aaron pero el sentía esa mirada distinta, como si lo traspasara, como si él fuera invisible, como si no lo estuviera viendo, el levanto la mano instintivamente, saludándola, ella no le respondió.

-¡Aaron!- la voz del director sonaba más exasperada de lo habitual –Andando, no tengo todo el día-

El chico asintió, mientras comenzaba a caminar hacia la puerta volteo a ver a la chica una vez más, el mayordomo ya la ayudaba a levantarse pero ella seguía con la mirada perdida, Aaron deseo internamente que se tropezara de nuevo ¿Cómo no le había devuelto el saludo? ¿Quién se creía que era?

-Entra- le indico el profesor –te alcanzare en un momento-

Él asintió de nuevo, camino por el pasillo que daba a la sala de música, justo en ese momento la chica salía de aquel lugar.

-Señorita, déjeme ayudarla- decía el mayordomo en voz baja

-¡No! Yo puedo sola- respondía ella mientras se soltaba de su agarre

Una vez que lo logro camino rápidamente por el pasillo, directo hacia Aaron. El chico no se movió, si la chica quería pasar tendría que pedirle una disculpa, ella siguió caminando hasta estrellarse con él, de nuevo cayó al suelo.

-¿Qué te sucede niña? ¿Acaso no ves?- Reclamo molesto mirándola desde arriba

-No, ella es ciega- replico el mayordomo mientras corría a ayudarla

-Parcialmente ciega- corrigió la joven mientras se ponía de pie

Aaron contuvo el aire un momento ¿de verdad era tan imbécil?

-Yo… lo siento, no lo sabía- trato de disculparse, se agacho para ayudarla

-No necesito su ayuda- dijo molesta, deshaciéndose del agarre de ambos –claro que no lo sabias, no necesitas saberlo- se puso de pie finalmente, se aliso la falda y de nuevo poso sus ojos sobre Aaron

Ahora el comprendía porque hacia un momento esa mirada lo había traspasado, porque lo había ignorado, simplemente no lo había visto, igual que ahora, aun cuando sus ojos se dirigían hacia él no había un peso sobre esa mirada, era extraño, sentía un cosquilleo que le recorría la nuca.

-Muévete- la molestia era palpable en su voz, el joven se hizo a un lado rápidamente, ella espero un momento antes de comenzar a andar de nuevo –tarado- susurro, el mayordomo la seguía de cerca, unos segundos después se perdieron de su vista.

-Soy un imbécil- se dijo en voz baja antes de entrar al salón.

*****

Hacía ya dos meses que Aaron llegaba temprano a sus clases de piano.

Ya no se quedaba admirando lo bello de la casa o sentado en las escaleras de entrada, ahora observaba a través de la ventana, siempre escondido detrás de los arbustos para que el director no lo viera, admirando a Puff.

En aquel tiempo ya había podido enterarse de toda la situación. Puff era la hija del director, ella tenía una enfermedad que le hacía perder la visión poco a poco, ya había sido sometida a varias cirugías para tratar de arreglar sus ojos pero ninguna había tenido éxito hasta hora, su padre trataba de enseñarle a tocar el piano, él decía que ella tenía que aprender utilizando sus otros sentidos pero al parecer Puff no podía lograrlo, por eso el director se frustraba tanto.

Aaron observaba a través del cristal, podía notar que Puff también se frustraba, su cuerpo se tensaba y luego comenzaba a tocar teclas al azar para que su padre se molestara lo suficiente y la dejara sola, luego ella se tranquilizaba, repasaba lentamente las teclas sin tocarlas, luego probaba con una o dos haciéndolas sonar antes de suspirar resignada y dejar el salón.

Aquel día Aaron se armó de valor, tenía un plan, uno simple y tonto, pero esperaba que eso fuera suficiente para ver de cerca de Puff.

Como ya le resultaba costumbre llego temprano a la casa, pero esta vez no se quedó pegado al cristal, fue directamente a la puerta de la casa y llamo, un par de segundos después el mayordomo le abrió con su habitual cara seria.

-Aun no es hora de su clase- dijo fríamente y comenzó a cerrar la puerta

-sí, si lo sé, es solo que… me preguntaba si podría usar el baño ¿puedo?- notaba su tono nervioso, sentía como sus manos sudaban.

El mayordomo le dedico una larga mirada antes de abrí la puerta de nuevo e indicarle donde quedaba el baño.

El chico se movió con rapidez hasta aquel cuarto, cerró la puerta y se pegó a ella para escuchar mejor, espero hasta que las notas al azar inundaron el lugar, fuertes y discordantes, luego pudo oír los pasos del director por el pasillo mientras se alejaba. De nuevo Aaron hizo acopio de valor, salió rápidamente del baño y corrió hasta la sala de música.

Ahí estaba Puff, con su mirada inexistente perdida en el infinito, moviendo sus dedos en el aire, Aaron se acercó lentamente, hasta quedar detrás de ella.

-¿Quién es?- pregunto la joven con voz suave

-Ammm… soy yo- y de inmediato se sintió estúpido –Soy Aaron, Aaron Yan-

-Aaron…- reprodujo el nombre con voz suave, dulce, al chico le entraron ganas de escuchar su nombre de nuevo de aquellos labios –esa voz… ¿no eres el tarado?- giro la cabeza un poco, como si tratara de buscarlo, el chico sintió tanta ternura ante aquel gesto que su corazón se acelero

-sí, soy yo- respondió sonriente, dio un par de pasos y se sentó junto a ella, la chica de inmediato volteo al sentirlo tan cerca, Aaron la miro un momento, hacia un buen tiempo que quería mirarla de aquella forma, tan cerca, admirar cada rasgo de su rostro, de su cabello, de sus ojos que parecían ver más allá de lo que él podía ver. Era tan bella.

-¿Qué haces aquí?- pregunto con un tono de irritación en la voz

El no respondió, se limitó a tocar una sencilla melodía en el piano, mirándola de reojo de vez en cuando, pudo notar una ligera sonrisa en sus labios, también como sus manos se movían sobre sus rodillas tratando de imitar los movimientos de Aaron. Con gentileza él tomo una de sus manos, pudo sentir como ella se ponía tensa, lentamente le mostro como tocar aquella melodía, guiando su mano sobre las teclas, mostrándole que notas debía tocar y cuáles no, sintió como su cuerpo se relajaba y esa pequeña sonrisa se hacía más grande, Aaron pudo sentir como le daba un vuelco el corazón.

Y ese espasmo se hizo más fuerte, un dolor ataco su pecho, eso que había confundido con cariño era algo más, presiono su pecho con fuerza mientras rebuscaba en su chaqueta.

-¿Qué sucede?- pregunto Puff al no sentir la mano de Aaron

-Nada- pero en su voz se notaba el esfuerzo, su pecho se volvía más pesado, finalmente encontró el pequeño frasco blanco que siempre lo acompañaba, lo abrió rápidamente y tomo dos pequeñas pastillas de él, hacia tanto tiempo que tomaba aquello que ya no necesitaba agua para hacerlas bajar por su garganta, respiro un par de minutos hasta que la pesadez de su pecho comenzó a evaporarse, de nuevo pudo respirar tranquilamente. Admiro el pequeño frasco, ya no quedaban muchas pastillas, las agito levemente.

-¿Qué es eso?- la voz de Puff sonó preocupada, Aaron la miro mientras guardaba el frasquito en su chaqueta, realmente había preocupación en su rostro, se nuevo sintió una pulsada en el corazón y esta vez estaba seguro que no se debía a su enfermedad.

-Son… dulces- dijo, haciendo que su voz volviera a la normalidad -¿Quieres uno?-

Ella asintió mientras la sonrisa volvía a su rostro, Aaron imito su gesto, de otra bolsa saco un pequeño paquete de caramelos, deposito uno en la mano de Puff y él se llevó otro a la boca, la sonrisa de la chica se amplió.

-enséñame de nuevo, enséñame a tocar- pidió aun sonriente, él no pudo negarse

De nuevo tomo su manos y la guio entre el mar de teclas, mostrándole cual tocar, enseñándole a contar cuantas teclas debía saltarse hasta la siguiente nota, ayudándola a conocer el piano… luego escucho pasos en el pasillo.

Se puso de pie a la velocidad de un rayo, miro en todas direcciones buscando donde poder ocultarse pero no había muebles en aquella habitación salvo el piano, su corazón se aceleró de nuevo.

-la ventana- dijo de pronto Puff –la tercera ventana de la izquierda puede abrirse- había una sonrisa en sus labios

Aaron abrió la ventana y salto fuera, cerro esta y se escondió en los arbustos justo cuando el director entraba en la sala, una enorme sonrisa apareció en sus labios, se aliso la chaqueta y los pantalones y fue a sentarse a las escaleras de entrada como antes solía hacer.

*****

Aaron ya no había tenido oportunidad de colarse en la casa.

Aun así seguía mirando a Puff desde la ventana, tocaba un par de veces en esta cuando el director dejaba la sala, la chica giraba en aquella dirección y aunque el sabía que no podía verlo estaba seguro de que sentía su presencia, Puff sonreía y movía la mano a manera de saludo, luego tocaba un pedazo de la canción que él le había enseñado, tocaba las teclas con lentitud, buscando las notas adecuadas pero para Aaron aquella era la canción más dulce que jamás había escuchado.

Quería estar cerca de ella de nuevo, aunque fuera solo un momento, quería verla de cerca, su sonrisa, tocar sus manos, acariciar su cabello, mirar sus ojos, ese brillo extraño en ellos que le erizaba la piel, esa mirada suya que se posaba en el sin verlo.

Aquella tarde Aaron se coló por la ventana en cuanto el maestro dejo la sala, tomo a Puff de la mano sin darle tiempo de negarse y la saco por el mismo lugar por el que había entrado, ambos corrieron por los verdes campos del internado, tomados de la mano. Puff sonreía con el rostro al viento, aquella libertad que nunca había experimentado la hacía sentir alegre, feliz, finalmente podía conocer lo bello de la vida.

Aaron la llevo hasta el lago, un pequeño estanque en los límites del internado, era el lugar predilecto de las parejas pero a esa hora del día, con el sol aun brillando en el cielo el lugar se encontraba desierto, perfecto para que ambos pudieran pasar el rato. Se sentaron cerca de la orilla, Aaron le describió todo el paisaje a Puff, con el mayor detalle posible, para que ella pudiera formarse una imagen en la cabeza.

-¿Me traerás de nuevo a este lugar?- pregunto ella con esperanza

-Claro, si alguna vez tenemos la oportunidad- respondió sonriente, vio como los labios de Puff se curvaban igual que los suyos

-Quiero verlo con mis propios ojos, y grabar cada detalle en mi mente, como ahora- la joven no podía ver pero claro que sintió la mirada de extrañeza que Aaron le dedicaba –la próxima semana tendré otra cirugía, el doctor dice que esta vez tengo más posibilidades- trataba de sonar positiva pero se podía sentir el toque de tristeza y desesperación en su voz –será mi última intervención… si esta vez no funciona…- y la frase quedo en el aire

Aaron tomo su mano con fuerza, demostrándole que ahí estaba él, que la apoyaba, que estaría a su lado si lo necesitaba.

-Aaron…- su voz era suave, dulce –puedo pedirte algo-

-claro- respondió el sin titubear -¿Qué es?-

-¿Puedo… puedo tocar tu rostro?-

No respondió, simplemente tomo las manos de la chica y las llevo hasta sus mejillas, cerró los ojos, quería sentir el tacto de su piel, esas delicadas manos que poco a poco comenzaron a recorrer su cara, desde su frente hasta su barbilla, sus ojos, su nariz, sus labios, todas sus facciones que ahora le pertenecían a ella. Sus manos se detuvieron donde comenzaron, Aaron se sintió agradecido de que ella no pudiera ver el rubor que le cubría las majillas, abrió lentamente los ojos y lo primero que vio fue la sonrisa de Puff, tan radiante y perfecta. Se le acelero el corazón, aunque no sabía si era por ella o por la enfermedad que lo aquejaba. Lentamente aparto las manos de la joven y rebusco en su chaqueta.

-¿Qué está mal?- pregunto con preocupación

Aaron la miro mientras sacaba el frasquito de pastillas, ella había sido sincera con él, se lo debía, tomo dos pastillas antes de entregarle el frasquito para que lo sintiera.

-Sufro del corazón, al principio no era tan grave pero parece que empieza a empeorar- fijo su vista en el agua, no tenía el valor de mirarla en aquel momento –tal vez pronto me someta a una cirugía, pero es riesgosa, el doctor dice que mis probabilidades no son altas…-

Pero ya no pudo decir más, pronto las manos de Puff estaban sobre su rostro, al igual que sus labios, tímidamente lo beso, apenas un rose, luego se volvió un beso cargado de ternura y cariño, ambos se dejaron llevar por el momento.

Hasta que el director apareció.

-¿Qué rayos están haciendo ustedes dos?- su voz resonó con fuerza en el lugar

Lo siguiente que Aaron vio fue como el mayordomo se llevaba a Puff lejos de él, el director le gritaba algo mientras lo sostenía y lo regresaba a los dormitorios pero parecía una voz lejana a la que apenas le prestaba atención, vio como Puff se desvanecía con los últimos rayos del sol. De entre todas las cosas que el director le dijo antes de dejarlo en los dormitorios lo único que quedo grabado en la mente de Aaron fue “No la veras nunca más”.

*****

Las semanas pasaron.

Aaron no salía de su habitación, tenía días sin ir a clase, apenas y comía, se mantenía siempre junto a la ventana observando el horizonte, sabía que detrás de esos árboles estaba Puff, sabia en su interior que ella también estaba en su ventana, mirando en su dirección, tan cerca y tan lejos. Toco su bolsillo de nuevo, donde solía llevar sus pastillas, estaba vacío, Puff se las había quedado aquel día, ella tenía una parte de él, una parte muy importante, era como si se hubiera quedado con su corazón.

Por la noche Aaron sintió un dolor en el pecho, pensó que se pasaría rápido, pero el dolor persistía, sabía que debía llamar a alguien que lo ayudara, pronto el dolor se haría más fuerte, debía ir al hospital.

Tomo su chaqueta y salió de los dormitorios, no pidió ayuda ni aviso a nadie de su condición, camino lo más rápido que pudo hasta aquella casa en mitad del bosque, como había hecho la última vez entro por la ventana, cada vez le costaba más trabajo respirar, el corazón le ardía en el pecho. Se sentó frente al piano y respiro profundo, el aire eran como llamas quemando en sus pulmones, poso sus manos sobre el piano y dejo que una melodía lenta y dulce inundara el lugar, no le importaba si el director aparecía y lo expulsaba, no le importaba si su padre le reclamaba y los desheredaba, lo único que quería era ver a Puff. Aunque fuera una última vez.

Escucho pasos en la lejanía, eran apresurados, pensó que pronto el director entraría en la estancia y lo echaría fuera, aun así siguió tocando, si solo lograba que Puff supiera que él estaba ahí…

-¿Aaron?- era la voz de Puff

El chico se giró de inmediato, dejando la canción sin terminar, miro a la joven en la entrada del salón, llevaba una pijama rosada, iba descalza, su cabello lucia despeinado, para Aaron no podía lucir más perfecta como en aquel momento. Se centró en su rostro, en esos labios que había besado y luego vio la venda, tan blanca y pulcra que cubría sus ojos, Aaron sintió como le daba un vuelco el corazón, el pecho comenzó a arderle aun más intensamente, él había querido acompañarle en su cirugía y le había fallado.

-¿Aaron?- pregunto ella nuevamente

-Puff- su nombre salió como una exhalación débil, cada vez le era más difícil respirar

Ella camino entre las sombras, con un paso algo apresurado, en su mano llevaba el frasquito de Aaron, lo sostenía con tal fuerza que parecía una parte más de ella, él le tomo la mano y la ayudo a sentarse a su lado en el banquillo, ella también respiraba entrecortadamente, sostuvo su mano con fuerza.

-Hace cinco días que tuve mi cirugía- dijo lentamente –hoy debía quitarme las vendas para ver si había funcionado… pero me encerré en mi habitación y no deje que nadie me las quitara, yo quería… quería que lo hicieras tu- su voz cargada de esperanza sonaba un poco nerviosa –si la cirugía funciono, quiero que lo primero que vea… seas tú-

Lentamente Aaron retiro las vendas, podía sentir el nerviosismo de Puff y el de él mismo, poco a poco llego a las últimas vueltas de la venda, con mucho más cuidado las retiro de sus ojos, la luz de la luna se colaba por los grandes ventanales de la sala, todo se ilumino con un brillo blanquecino, Puff mantenía los ojos cerrados, comenzaba a temblar.

-Tranquila- dijo Aaron con voz suave, tomo sus manos lentamente – abre los ojos-

Puff respiro profundo y poco a poco abrió los ojos, pestañeo un par de veces, y entonces Aaron lo sintió, antes de que ella dijera algo, antes de que sus labios se agrandaran en una sonrisa, Aaron pudo sentir el peso de su mirada, tan cálida, tan pura, pudo sentir como por primera vez lo miraba, como por primera vez abría los ojos a un mundo nuevo. Pudo sentir como algo dentro de su pecho estallaba, como el dolor se extendía, pudo sentir como él se desvanecía, como Puff gritaba y como la oscuridad lo arrastraba.

*****

Puff recordaba, que desde la primera cirugía, lo que más había querido ver era un arcoíris, quería conocer todos los colores del mundo, quería darle un significado al amarillo y al azul, quería dibujar, pintar y fotografiar cada color que se le cruzara en el camino. Pero desde que había abierto los ojos, hacía ya una semana, lo único que podía ver era el blanco sin vida que tapizaba todas las esquinas del hospital.

Ya no le importaba lo que dijera su padre, cuanto la amenazara o le gritara, tampoco hacia caso de las enfermeras que le pedían salir de la habitación constantemente, ni siquiera le había importado la opinión de los padres de Aaron cuando llegaron al hospital a ver a su hijo, ya nada le importaba. Solo Aaron.

Recordaba aquella dolorosa noche con más detalle del que le hubiera gustado. Como Aaron le sonrió una última vez antes de caer al suelo, como ella había gritado pidiendo ayuda, como su padre había aparecido furioso, gritando, como una ambulancia había llegado hasta el frente de su casa, como ella no se había separado de Aaron hasta que lo metieron a la sala de operaciones, como ella había estado toda la noche dando vueltas frente a aquella puerta, como el doctor había salido siete horas después diciéndole que Aaron estaba en coma y que no sabían si iba a despertar.

Puff llevaba una semana sentada a su lado, días y noches velaba por Aaron, no se cansaba de mirar su rostro, aun cuando ya se había aprendido cada detalle del desde que la había dejado tocarlo, ahora podía grabarse una verdadera imagen de él. Ella siempre trataba de pensar que Aaron dormía, que soñaba y que pronto despertaría con una sonrisa en los labios, pero al pasar de los días cada vez se hacía más difícil mantener aquella fantasía.

Recostó su cabeza un momento sobre la cama, sin apartar la vista de Aaron, sosteniendo su mano con fuerza, rememorando en voz alta aquel día en el lago, recordándole que él había prometido llevarla de nuevo, diciéndole que tenía que cumplir su promesa mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, Puff escondió su rostro un entre las sabanas mientras la tristeza la invadía mas y más.

Hasta que sintió un leve apretón en la mano, algo tan ligero como el roce de una tela, levanto el rostro de entre las sabanas y se enjuago los ojos rápidamente, sintió aquel apretón de nuevo pero con más fuerza, lentamente una sonrisa se extendió en su rostro.

-Claro que cumpliré mi promesa- dijo Aaron sonriente.

4 comentarios:

  1. Ooo pero que hermosoooo <3 <3 me enamore de este sexy one-shot tiene drama... y DRAMA xDjaja ÒnÓ Exijo segunda parte :v o un fic completo en plan (sus padres se oponen y Aaron aun tiene problemas del corazón) No se xDjajaja piensalo eue
    En fin lo AME <3

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    1. Asdfghjkl sabes que tu opinion sobre mis escritos es tan importante para mi? *u* jajajaja ya te dije xD especial para ti!

      Pues... no lo habia pensado, pero igual y te lo cumplo (una segunda parte probablemente) solo deja que termine lo que tengo pendiente xD y asi :3

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    2. Claro que lo se UuUr por que a mi me pasa lo mismo jaja.. :') Todo drama HERMOSO xD

      SHI *O*)/ con eso me conformo (Por ahora) sii además tienes que explicar por que su padre quería que tomara clases de piano yyyy... (Te amaría) si contaras las cosas deprimentes de Aaro y puff no se, eue has que sufran un poco mas (Pero con final feliz) XD

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    3. Awwww *u* asdfghj ~se emociona~

      Jajaja si ya se me ocurrio algo para eso xD tal vez incluso sean tres partes y asi xD Todo quieres!!! Drama y mas drama y final rosa xD pero bueno, solo por que te quiero cumplire a tus exigencias!!!

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